Wednesday, June 22, 2011

820 tortugas Arrau y 5.500 Terecay serán liberadas en su hábitat

Caracas, 22 Jun. AVN .- En julio se liberarán 820 tortugas Arrau y 5.500 tortugas Terecay, especies provenientes de un zoocriadero del estado Barinas, donde se lleva a cabo un programa conservacionista del quelonio que está en peligro de extinción.

La información la dio a conocer este miércoles la coordinadora nacional del programa Tortuga Arrau, Edis Solórzano, en contacto vía telefónica con el programa Contrastes, de Venezolana de Televisión.

Señaló que el programa tiene su centro piloto en el refugio Fauna Silvestre de la Tortuga Arrau en los estados Apure y Bolívar, a donde llegan anualmente 1.200 tortugas adultas hembras a reproducirse en playas del Orinoco y este año ya fueron liberadas 50.800 especies.

En este programa también participa la Guardia Nacional Bolivariana, el Ministerio para el Ambiente, Petróleos de Venezuela (Pdvsa), las comunidades locales "y los zoocriaderos que nos apoyan durante un año para luego liberar las especies".

Mencionó el criadero en la estación biológica en Pedro Cedeño, en Anzoátegui, donde crían entre 20 mil y 25 mil tortugas anualmente; la estación biológica del Instituto Nacional del Investigaciones Agrícolas, donde hay un criadero de una etnia indígena del estado Bolívar, así como se hace lo propio en el Instituto Universitario de Tecnología Amazonas, en Puerto Ayacucho, entre otros.

“Lo ideal es llevar este programa a lo largo de la cuenca del río Orinoco, de hecho durante los últimos cinco años lo hemos extendido a entidades como el estado Barinas, donde está comenzando y hay logros importantes”, dijo.

Refirió que en Casiquiare, estado Amazonas, también están trabajando con unos indígenas de la etnia Curripaco.

Monday, June 06, 2011

La Tortuga

Cuando bajaron las aguas del diluvio, era un lodazal el valle de Oaxaca.
Un puñado de barro cobró vida y caminó. Muy despacito caminó la tortuga. Iba con el cuello estirado y los ojos muy abiertos, descubriendo el mundo que el sol hacía renacer.
En un lugar que apestaba , la tortuga vio al zopilote devorando cadáveres.
-Llévame al cielo -le rogó-. Quiero concer a Dios.
Mucho se hizo pedir el zopilote. Estaban sabrosos los muertos. La cabeza de la tortuga asomaba para suplicar y volvía a meterse bajo el caparazón, porque no soportaba el hedor.
-Tú, que tienes alas, llévame -mendigaba.
Harto de la pedigueña, el zopilote abrió sus enormes alas negras y emprendió vuelo con la tortuga a la espalda.
Iban atravesando nubes y la tortuga , escondida la cabeza, se quejaba:
-¡Qué feo hueles!
El zopilote se hacía el sordo.
-¡Que olor tan podrido! -repetía la tortuga.
Y así hasta que el pajarraco perdió su última paciencia, se inclinó bruscamente y la arrojó a tierra.
Dios bajó del cielo y juntó sus pedacitos.
En el caparazón se le ven los remiendos.

Eduardo Galeano, Memoria del Fuego: 1. Los nacimientos